CRÍTICA: CLÁSICA
Ver, escuchar, sentir, pensar
Ver, escuchar, sentir, pensar
"Los conciertos se escuchan, los conciertos se ven. El primer impacto que provoca la Sinfónica de la Juventud Venezolana es visual. Tan jóvenes, tan desenfadados. Con una explosión de color desde la piel. Con una ilusión que se percibe en cada gesto, en cada mirada. Pelos rizados, tacones de aguja. Y todos en trajes negros impecables. Las plantillas orquestales son numerosas: hasta una docena de contrabajos en Chaikovski, y el resto de las secciones guardando a partir de ahí las proporciones."
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